Lee el siguiente texto y luego elabora una historieta.
EL LENGUADO
Como todas las
tardes, calentaba su cuerpo bajo el sol, la espalda tibia mientras demoraba el
momento de darse el último chapuzón en el mar. Se acercaba la hora del lonche.
Lo notó por las sombras que bajaban de los cerros y un ligero frío en el
estómago que la hizo imaginar los panes recién salidos del horno de la única
panadería del balneario. Jugó un rato más con la arena, mirando cómo los
granitos se escurrían entre los dedos y caían blandamente. Era el tiempo
evocado en el cuaderno de sexto grado. Escuchó entonces la voz de Margarita al
otro lado de la playa. Venía corriendo como un potro desbocado.
- Adivina qué –dijo-, mañana me
prestan el bote.
- ¡Júrame que es verdad! –exclamó
Johanna, entusiasmada.
- Lo juro –enfatizó solemnemente
Margarita, y ambas cruzaron las manos tocándose las muñecas. Habían decidido
que esa sería la forma de juramentar y asegurar que las promesas se cumplieran.
Ambas rieron a
carcajadas y fueron a bañarse en el mar para luego salir corriendo a pedir
permiso a las mamás. Toda la semana habían estado planeando el día de pesca y
al fin les prestaban el “Delfín”.
- Nos vamos a demorar, porque un
remo está roto –advirtió Margarita mientras subían al pueblo.
- No importa –replicó rápidamente
ella. Estaba tan contenta que ese detalle no tenía ninguna importancia. Más
bien le propuso: Mañana nos levantamos temprano y compramos cosas para comer.
- De acuerdo –dijo Margarita, y se
despidieron hasta la noche.
Cuando Johanna
llegó al muelle el día siguiente encontró a Margarita con los remos en ambos
brazos. Los encargaron a un pescador amigo y fueron a comprar la carnada; luego
gaseosas y chocolates, pues ése sería su almuerzo. Gastaron toda su propina,
pero sintieron que almorzarían mejor que nunca. Ya en el bote, respiraron
profundamente dando inicio así a la aventura: el primer día de pesca de la
temporada, la primera tarde que saldrían todo el día solas. El mar estaba
brillante como todas las mañanas. Las gaviotas sobrevolaban el “Delfín”.
- Esta vez no les damos nada, Marga
–dijo Johanna mirando las gaviotas. Vamos a estar todo el día de pesca, y quién
sabe si nos faltará. Se percibía una loca alegría en la entonación de su voz, y
es que se sentía ¡tan importante!
- Pero si hay un montón de carnada;
nunca hemos tenido tanta –respondió Marga eufórica.
- Mujer precavida vale por dos
–respondió con seriedad Johanna. Su madre siempre le decía esa frase y de
pronto se sintió adulta.
Margarita se
echó a reír y Johanna se contagió. Marga era su mejor amiga y no había nada que
le gustara más que estar con ella. Además, eran las únicas chicas de doce años
que todavía no querían tener enamorado, porque con ellos no podían hacer nada
de lo que en verdad las divertía; por ejemplo, ir a pescar en bote. Cuando los
hombres las acompañaban querían remar, colocarles la carnada; se hacían los que
sabían todo y eso, a ellas, les daba mucha cólera.
Pasaron por la
Casa Ballena y el Torreón con mucho cuidado de no golpear el “Delfín” contra
las rocas en las partes más bajas del estrecho. Continuaron remando hasta dejar
la bahía y ahí, en el mar abierto, comenzaron a apostar cuánto pescarían.
- Cuatro caballas, seis tramboyos
y... veinte borrachos –adivinó divertida Johanna.
- Puro borracho, nomás – rió
Margarita-. Pero acuérdate que aunque pesquemos sólo anguilas no podemos botar
nada.
Parte del
acuerdo entre ellas era dejar que todo el balneario viera lo que habían pescado
fuera lo que fuera. Los llevarían todos colgados del cordel como habían visto
hacer a algunos pescadores en anzuelo y también a sus padres; aunque, claro,
ellos pescaban corvinas y lenguados enormes porque se iban mucho más lejos con
jeeps que cruzaban los arenales y luego en botes de motor. Además acampaban
durante varios días en playas solitarias, cocinando sus propios pescados o
comiéndoselos crudos con un poco de limón.
- Yo voy a pescar un lenguado
–sentenció Margarita-. Te lo prometo.
- Para eso tendríamos que irnos más
allá del Lobo Varado –contestó Johanna. Mira, si acabamos de salir de la Bahía.
- Es cierto, y estoy cansada y con
calor. ¿Qué tal si nos bañamos para después remar con más fuerza? –propuso.
Johanna aceptó de inmediato.
Nadaron y
bucearon un buen rato hasta que se percataron de que el bote se había alejado.
Tuvieron que nadar rápidamente para lograr subirse a él. Como el bote era
grande y pesado, avanzaba lentamente. Diez metros más allá, decidieron anclarlo
para tentar suerte. Durante media hora no pescaron nada: puro yuyo nomás. De
pronto, Margarita gritó: “¡Es enorme, es enorme!” Tiraba del cordel con tanta
fuerza que el bote parecía a punto de voltearse. Al fin salió. Era un
borrachito pequeño que se movía con las justas, pues había sido pescado por el
vientre.
- Bótalo –dijo Johanna desencantada,
pero Margarita se molestó y le hizo recordar el pacto de llevar a tierra todo
lo que pescaran.
Se movieron
todavía unos metros más allá, alejándose siempre de las rocas. Recordaban
muchas historias de ahogados cuyas embarcaciones se habían estrellado contra
ellas, al subir sorprendentemente la marea. Luego de comer los chocolates y
tomar un poco de agua gaseosa, intentaron nuevamente la pesca en un lugar que
parecía más adecuado por el silencio que había, distante de las lanchas de
motor que ahuyentaban a los peces.
Efectivamente,
allí empezaron a pescar con bastante suerte. Margarita había pescado ya una
caballa y tres tramboyos; los borrachos no quería ni contarlos. Era la mejor
hora del sol, y les provocó bañarse nuevamente; pero cuando Margarita se
zambulló en el mar, Johanna –no supo por qué- echó su anzuelo una vez más. Casi
inmediatamente sintió un leve tirón, justo en el momento en que Margarita la
llamaba para que se uniera a ella. Levantó el anzuelo pensando que era un yuyo,
porque no se movía mucho, y de pronto vio, saliendo del mar, un lenguado chico.
Lo subió cuidadosamente. Se le cortaba la respiración. Sólo cuando lo tuvo
seguro dentro del bote pudo gritar:
- ¡Un lenguado, Marga! ¡He pescado
un lenguado!
Ella subió con
un gran salto y quiso agarrarlo, pero Johanna no se lo permitió. Estaba muy
nerviosa tratando de sacarle el anzuelo sin hacerle daño. Cuando lo liberó, lo
miró con orgullo. Sentía que iba a estallar de alegría, pocas veces en su vida
se había sentido tan feliz. Luego de darse un chapuzón, siguió pescando más
entusiasmadamente que nunca, sabiendo ya que era capaz de sacar más lenguados y
hasta una corvina. Margarita, por su parte, se había quedado callada, como
resentida.
Atardecía cuando
Margarita se empezó a aburrir. Tomaba gaseosa y la escupía en el mar
imaginándose que los peces subirían a tomarla.
- Mira, mira –decía-. Se distingue
el color anaranjado. ¿Tú no crees que los peces sentirán un olor diferente y
subirán a ver qué es?
- Los peces no tienen olfato
–respondió Johanna.
No sabía si era
la emoción del lenguado, pero ella no se cansaba de pescar, aunque sólo picaban
borrachitos. Margarita se puso a contar los pescados. Ella tenía catorce y
Johanna solo doce, pero claro, ella tenía su lenguado. Marga se acercó para
mirarlo.
- Es lindo –dijo-, pero está lleno
de baba. Voy a lavarlo.
- ¡No! –replicó Johanna. Se te va a
caer.
- Pero míralo, está horrible
–contestó ella de inmediato.
- Cuando terminemos de pescar los
amarramos a todos y sólo entonces los lavamos –sentenció Johanna, porque sabía
que la baba podía hacer que el lenguado se le deslizara de las manos.
Minutos después,
sin embargo, Margarita se puso a lavarlo. Johanna vio su rostro diferente, como
si se hubiera transformado en otra persona. Una chispa extraña centellaba en
sus ojos y no se atrevió a decirle nada. De pronto Marga dijo, con una voz
suave y ronca, extraña: se me resbaló. Johanna no podía creerlo. Sentía una
sensación rara, desconocida hasta entonces. Algo como un derrumbamiento. Estaba
a punto de llorar. En un instante había desparecido de su mente la imagen que
había guardado durante todo el día. Se había visto ya bajando el muelle son el
lenguado, los rostros de sorpresa de todos los chicos del grupo, recibiendo las
felicitaciones de los pescadores viejos, sintiéndose más cerca de ellos.
Por más que
Margarita la consoló y prometió que pescaría otro igual para dárselo, no podía
sacarse de encima esa horrible sensación. Sentía además que odiaba a su amiga.
A pesar de ello, siguieron pescando en silencio hasta que se hizo de noche. En
la playa, las esperaba asustados, pensando que les había ocurrido algo malo,
preparando el rescate con las anclas de los botes levantadas. Antes de bajar,
Margarita quiso regalarle la caballa a Johanna, pero ella se negó con rabia.
Sabía que no aceptarla significaba dejar de ser amigas como lo habían sido
hasta entonces, pero ya nada le importaba. Cuando desembarcaron, Johanna quedó
en silencio sin mostrar nada de lo que había pescado, mientras miraba de reojo
a Margarita exhibiendo orgullosa su caballa. En ese instante, Johanna
comprendió que la dolorosa sensación que la embargaba, no era sólo por haber
perdido un lenguado.
(El lenguado de Mariella Salas, en 17
narradoras latinoamericanas, Aique Grupo Editor, 1996)
Cuales son los personajes de el lenguado
ResponderEliminarJohanna y Margarita :v
EliminarMargarita y jhohanna
EliminarMargarita y jhohanna
EliminarPyes margaritha y jhoanna y el principal es el lenguado
EliminarCual es el género y especie y personaje en que tiempo esta
EliminarPersonajes secundarios cuales son?
ResponderEliminarLos pescadores viejos y sus padres
EliminarLos pescadores viejos y sus padres
EliminarHola compás
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola mach
ResponderEliminarHola Juan camilo
ResponderEliminarRoro pelabola
ResponderEliminarMarico el que lo lea
ResponderEliminarTus hermanas están buenas
Eliminarjjasjajs
EliminarDustin gayy
ResponderEliminarMamalo bro
EliminarGabo marico todavía con camisa blanca mmgv
EliminarMamame el guevo
EliminarGabo werewolf
EliminarCual??
EliminarParticipa pelabola dodo
EliminarPalabras desconocidas del cuento el lenguado
ResponderEliminarcuantos parrafos tiene?
ResponderEliminar17
EliminarPorque se pelean las amigas?cuales son las emociones principales que determinan esta amistad ?
ResponderEliminarpor que margarita solto el lenguado; los celos fue una sensacion ueva para ambas pero sabian que despues de esto su amistad ya no seria la misma
Eliminarque tipo de narador tiene el cuento?
ResponderEliminarCUALES SON LOS VALORES?
ResponderEliminarEn que tiempo esta narrada?
ResponderEliminarCuáles son las palabras desconocidas
ResponderEliminarCual es su aspecto físico.. Hábitos ... Alimentación...Otros datos
ResponderEliminarCuales son los hechos que tiene
ResponderEliminarCual es el contexto
ResponderEliminarcuales son los lugares que mencionanen el texto?
ResponderEliminarTítulo
ResponderEliminarLugar
Tiempo
Personajes
Situación inicial
Nudo
Situación fina
Cuántos párrafos tienes el texto??
ResponderEliminarcuales son las caracteristicas fisicas de johanna y margarita
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